El sexo en épocas de Internet

El sexo en épocas de Internet

Hacer una investigación en la vasta selva oscura que representa el sexo en internet no es, de hecho, algo sencillo, pues se puede encontrar material de todo tipo, arriesgándose a caer en lo banal o en la basura con extrema facilidad.

Vamos en orden, antes que nada llegaron las salas de chat, entre las cuales las más célebres eran Excite y MSN, hoy abandonadas y caídas en desgracia, pero que con sus diversas salas daban al usuario la posibilidad de conocer, abordar, enmascarar, celar o al contrario de poder salir con alguien.

Pero en los últimos años la aparición de las redes sociales han proporcionado nueva linfa con la posibilidad de conocer gente, que se puede ver por ahí o incluso haciendo búsquedas aleatorias en la web, obviamente se multiplican los perfiles falsos o dobles, puesto que para la inscripción solo se requiere poseer un correo electrónico.

Obviamente además de las redes sociales “canónicas”, de las cuales ciertamente no se pueden excluir los chat de los juegos en línea, en el último período hubo una multiplicación exponencial de las redes sociales y de los sitios de encuentros para sexo, donde las fases de una historia de amor literalmente se invierten, (primero se tiene sexo y después si se quiere conocer mejor a la persona se puede hacer).

Una chica en un chat de sexo

Crece el número de los conocidos como “levantes” o los “picones”, experiencias de sexo veloz, con las que se va a la cama sin sentirse obligados a tener que conocer a la otra persona de ninguna manera.

Para los erosnautas más despiertos (término de reciente acuñación) nació en los últimos tiempos una App llamada “Bang Whit Friend” (acostarse con amigos, en una traducción absolutamente ligera) creada para Facebook con la que se puede hacer saber a los propios amigos de la red social azul la disponibilidad para tener un encuentro íntimo.

Mientras tanto en una tendencia absolutamente contraria y para enfocar el campo en el aspecto meramente laboral, Linkedin prohíbe a las prostitutas y las actividades de luz roja. En la actualización reciente de la red social más famosa de ofertas y solicitudes de trabajo, de hecho se añadió una cláusula que invita explícitamente a sus inscritos a no crear perfiles o publicar contenidos que promuevan servicios de prostitución, aunque en el propio país estas actividades sean legales.

Para los más inexpertos la trampa está a la vuelta de la esquina, los perfiles de Twitter, Facebook, y otras principales redes sociales muestran mujeres jóvenes dispuestas a ofrecer imágenes y vídeos a cambio de recibir recargas telefónicas o cartas de crédito recargables, y si en su mayoría se trata efectivamente de amas de casa o estudiantes que buscan redondearse, el resto se trata de perfiles falsos creados justamente para estafar a los visitantes y que puntualmente después de algunos días son eliminados.

Una pareja que se conocieron en un sitio de citas

En fin, para quien ama el autoerotismo siempre verdes permanecen los sitios desde donde se pueden descargar videos gratuitos o de pago, porque como decía el buen Woody Allen “en el fondo la masturbación es tener sexo con una persona que amas”. Pero más allá del chiste del “sexo en línea” o “cyber sexo”, como se denomina a menudo, se puede convertir en una verdadera enfermedad. La adicción al sexo o la dependencia sexual, llamada también “impulsividad sexual” o “ninfomanía” es un fenómeno que aún no ha encontrado pleno reconocimiento por parte de los sistemas sanitarios oficiales, pero que está recibiendo un creciente interés en ámbito psiquiátrico, dada la difusión del uso del internet. La Asociación Psiquiátrica Americana en este preciso período está evaluando la hipótesis de incluirla en la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales, el DSM5 por sus siglas en inglés, bajo el concepto de desorden de hipersexualidad (Desorden Hipersexual).

About Rosa María

El eros y sus misterios, juegos eróticos, pasiones o perversiones. Todo lo que quieres saber del sexo y no te atreves a preguntar, ¡o quizás ni siquiera imaginas! Me llamo Luana, y espero serte de ayuda o de estímulo para muchas noches de diversión y pasión.